Un edificio de leyenda

El edificio de la Plaza Vasconia 3 en el que se ubica GCI es uno de los más emblemáticos de San Sebastián y con casi 90 años de historia, entre sus cimientos se pueden entrever el paso de las décadas y los cambios sufridos por el barrio de Gros.

Nos remontamos a la última década del siglo XIX. Con el ensanche Cortazar ya perfilado, la burguesía donostiarra buscaba ampliar sus territorios, con objeto de erigir nuevos edificios y solares. De ésta manera, cobraron interés los terrenos de arenales y marismas que componían la mayor parte del área llana que rodeaba la ciudad, principalmente el barrio de Gros. Sin embargo, la ampliación quedó bastante estancada hasta que, llegada la primera década del siglo pasado, el arquitecto Tomás Gros (propietario de la mayor parte de los terrenos) tomó las riendas del asunto. En enero de 1917 se vendieron los primeros solares con el siguiente lema: "una barriada moderna, elegante y extensa constituirá siempre una positiva riqueza". Fue en uno de éstos solares en el que, ya entrados los felices 20, Tomás Gros levantó uno de sus edificios en lo que posteriormente se llamaría la plaza de Vasconia o plaza Euskal Herria. La construcción, muy cercana a la afamada plaza de toros del Chofre, compone uno de los símbolos más emblemáticos de la belle epoque de San Sebastián. A pesar de algunos problemas estructurales, el inmueble soportó bien el paso de los años. A su alrededor todo se transformó. De marismas a calles amplias y largas. Cambios que se sucedían hasta llegar a el derribo de la plaza de toros en 1973. Actualmente, el edificio se encuentra completamente restaurado y sigue conservando su antiguo carácter, marcado tanto por la fachada como por el patio italiano que Tomás Gros decidió inmortalizar.

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