Esta reforma introduce cambios en el impuesto de Sucesiones y Donaciones, Sociedades e IRPF, con el objetivo de aumentar la recaudación y estimular la actividad económica, además de establecer un sistema fiscal más progresivo, de manera que paguen más los contribuyentes que cuentan con mayores ingresos.

La reforma fiscal fue aprobada en Bizkaia y Álava y ya se puso en vigor en estas provincias desde inicios del 2014. En Gipuzkoa, sin embargo, quedó pendiente hasta que los tres principales partidos de la oposición en el territorio, PNV, PSE y PP, artífices de la reforma, aprobaron con sus votos la misma en el primer pleno del año de las Juntas Generales.

De esta manera, las rentas más altas tendrán aumentos de entre el 1 y el 4 % en el nuevo IRPF. También se han incorporado tres nuevos tramos en la tarifa general, para bases liquidables superiores a 92.310, 123.070 y 179.460 euros, que cotizarán al 46, 47 y 49%, respectivamente, cuando hasta ahora el tipo marginal estaba fijado en el 45 %.

Los cambios en el IRPF, no obstante, alcanzarán no solo a los contribuyentes con mayores rentas, ya que otra de las medidas ha consistido en bajar los límites anuales de deducción por adquisición de vivienda habitual, a 1.530 euros en general y a 1.955 euros para familias numerosas y para jóvenes.

Esta rebaja en la deducción por vivienda llegará a todos los contribuyentes cuya aportación mensual exceda de 700 euros, quienes verán reducidas sus deducciones en hasta 270 euros o en 345 euros para menores de 30 años y titulares de familias numerosas, según un cálculo hecho por los asesores fiscales del Colegio Vasco de Economistas.

Además, con la reforma fiscal se elimina el régimen de estimación objetiva para la determinación de los rendimientos de actividades económicas, los llamados módulos. También se introduce una reducción del 10 % del rendimiento neto positivo para las actividades económicas nuevas para dos años y se establece un límite de exención de 180.000 euros en las indemnizaciones por despido.